La tarea de ser formadores no es fácil, primero porque hay que
ser coherentes con lo que uno enseña es decir predicar lo que yo vivo, en otras
palabras : “DAR EJEMPLO”, ser testimonio de vida. Es una gran responsabilidad
ser guía de otros; y en esta tarea se encuentran no solo los sacerdotes y
religiosas, sino también quienes de alguna u otra forma son cabeza de un
especifico grupo humano.
Entre todas las anécdotas que vivimos en la “ELMI” o
“CHIMILES” con los Paganitos misioneros, como les había compartido en el
anterior escrito, no se me puede escapar la de los “CHAPATIS”. ¿Qué es
chapati?.. Quizá ustedes se pregunten…. Pues es una de las comidas sencillas
que comen nuestros Hnos. Samburu y especialmente en fiestas, es parecida a una
tortilla de harina asada, suave de buen sabor.
Era hora de cenar, a las 7 pm., contábamos con dos linternas, pues no
hay electricidad en estos lugares, y
allí estaban los 35 pequeños misioneros esperando su plato de comida, bien
juiciosos, llenos de mucha alegría… el grupo encargado de servir empezó a pasar
los platos… cuando ya estábamos terminando de pasar todos los platos, nos dimos
cuenta que faltaban seis personas por la comida, y lo peor del caso ya no había
comida. Pregunte a Mery, la señora que
preparaba los alimentos, porque habiéndole dado suficiente comida no había alcanzado
para todos y en la próxima oportunidad debería ser más cuidadosa. Ella toda
apenada y preocupada me dijo “Hermana, yo conté los platos, ahí estaban todos
antes de servir… delante de Dios no miento hermana… seguro que los niños
cogieron los otros!!”. Después de la
comida se les presentaría un video con el Generador, así que en dialogo con los
miembros del Equipo formador, decidimos suspender esta actividad, que es lo que
más les gusta a los pequeños/as, a no
ser que nos declararan quienes se comieron los chapatis!.
Los reunimos a todos y
les dijimos, “En la cena se perdieron 6 chapatis, sabemos que dentro de ustedes
están los que se los comieron, así que si no piden disculpas al grupo por este hecho, no habrá video!”...Y
preguntamos: “¿QUIEN SE COMIO LOS CHAPATIS?”..Todos comenzaron a mirarse
unos a otros, y en efecto ahí estaban los culpables, el grupo los animaba para
que pidieran disculpas y así poder disfrutar
del video, pero no se atrevieron.. Así que suspendimos el video. Todos
quedaron tristes por el castigo, este incidente no se volvió a repetir, y así
mismo fue una oportunidad para enseñarles a pensar en los demás y no robar.
Nuestra tarea evangelizadora en estos rincones, está en su
comienzo todavía, es una tarea que exige una formación integral y en valores. Muchas
son las personas que cuestionan la presencia de la Iglesia Católica en estos
grupos humanos, pero nuestra presencia cristiana es muy importante y
fundamental en estos lugares, pues
nuestro mensaje es el mismo de Jesus, estamos llamados a dar un mensaje de
amor, mostrarles que Dios es amor, y que amar a los otros es la manera concreta
y practica de amarle a Él. Nuestra fe cristiana se traduce en obras y acciones
concretas que acrecientan el amor y respeto a los demás y nos llevan a la
madurez plena como personas. Ya lo diría San Pablo “Muéstrame tu fe sin obras,
que yo por mis obras te mostrare mi fe”.
Es una lástima que quienes nos consideramos cristianos solo admiremos a
Cristo pero no vivamos como El.
